Este post lo escribo desde el otro mundo o el más allá, la verdad es que no tengo muy claro donde estoy. La wertas me mató, pero no por lo de la gallina porque esta vez coincidimos en que no nos gusta compartir nuestras cosas con los pájaros, ni a mí mi medicina ni a ella su vino pero esto si quiere que os lo cuente ella.
Ya me había avisado el enano de que en esta casa hay dos cosas con las que hay que tener mucho cuidado, una es no hacer daño a la mami y la otra es no tocar la comida de wertas bajo ningún concepto, bah, tonterías, yo tenía hambre y había una fuente de calabacines y berenjenas rellenas en el banco de la cocina que mmmmm cómo olía, irresistible, y qué quieres que haga, pues zampármelo, peroenqueestabayopensando, yo no sabía que esta mujer tenía tanta fuerza, más que el enano que ya es decir, me cogió con una mano y me llevó al corral ufff muy muy enfadada, entonces vino el enano a preguntar qué había pasado y cuando se lo conté me dijo que ya me había avisado de que iba a matar, entonces, ¿estoy muerta? Si y cállate o vendrá a matarte otra vez, es que no ves lo cabreada que está.
Estar muerta parece que supone perder algunos privilegios, bueno, podía haber sido peor y que me hubiera tocado dormir en la calle con la que está cayendo. Creo que ha merecido la pena porque los calabacines estaban buenos pero las berenjenas ainssss no encuentro palabras, lo volvería a hacer.